Every Thread Tells a Story—I Help It Speak.
Nací en un suelo fértil de memorias y saberes antiguos, donde las historias de mi padre bordaban en el tiempo el trabajo de su madre: manos que, desde el algodón sembrado hasta el azul profundo del índigo cultivado, vestían a doce hijos con tejidos de afecto y resistencia.
Crecí entre hilos invisibles que unen generaciones de Amélias—mujeres que, incluso antes que mi madre, tejían sueños en colores y figuras, entrelazando pasado y presente en cada puntada. Desde pequeño, mis dedos buscaban el misterio de la creación: cosía vestidos para muñecas, rellenaba juguetes, experimentando ya entonces el poder de transformar materia en memoria.
Mi curiosidad era inmensa: amaba la precisión de las matemáticas, el misterio de la física y la poesía del arte. Comencé mis estudios universitarios con una licenciatura en física de materiales, pero pronto me di cuenta de que mi verdadero camino estaba en otro lugar. Luego, seguí estudios en ingeniería textil y diseño de moda, donde aprendí el lenguaje silencioso de las fibras y las formas. También exploré una licenciatura en Historia, pero fue en la conservación de textiles históricos donde realmente floreció mi propósito.
Crecí en un hogar donde el pasado se honraba en cada gesto, y las voces de los antiguos resonaban en nuestras conversaciones. Aprendí a preguntar no solo por el uso, sino por el significado: ¿qué guardaba cada tejido de un tiempo, de una persona, de un pueblo? Restaurar, para mí, es un acto de escucha y reverencia—es devolverle al mundo las historias que el tiempo intentó silenciar, es coser de nuevo los caminos borrados por el olvido.
Hoy, con la maestría en museología, me sumerjo en los secretos de los materiales, desvelando el saber que habita en cada fibra, cada color, cada marca de uso. Mi misión es tejer puentes entre épocas, devolver al presente la belleza y la memoria del pasado, y permitir que, a través de la restauración, se cuenten nuevas historias. Porque creo que cada hilo preservado es una esperanza renovada, y cada pieza restaurada es un futuro que se reconstruye delicadamente con las manos del tiempo.